Comienza en Inglaterra, traspasa fronteras y tiempos, y nos da un mundo en España con sello amplio, distinto de otras clases de motocicletas, y que los propietarios supone un reto de customización digno de descubrir, descubrir en todo el sentido de la palabra, dando igual si es una neoclásica británica, un modelo Harley, italiana o japonesa, el reto es descubrir que lo que tienes puede ser una café racer, y no hay tantas -por fortuna- aún.
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